Hace algunas semanas comenzó en el Centro Integral Comunitario Fátima un taller de reciclaje para adultos mayores. “Reciclaje hecho con amor” es el slogan del stand que exhibe las artesanías que realizaron entre las 12 mujeres que conforman el espacio recreativo dictado la profesora Liliana Vallejos, que prefiere que le digan “Lili” en lugar de “seño”.

Lili trabajó durante 19 años en el Ministerio de Desarrollo Social con niñeces y adolescencias. En enero empezó en el CIC Fátima, y durante sus jornadas en la mesa de entrada notó que mucha gente se acercaba a consultar por actividades que los distraigan de la rutina. La única opción era tejido.

Realizaron su primer exposición en el marco de los festejos por el 25 de Mayo. FOTO: LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL.

“Veía a la gente muy triste y a mi siempre me gustaron las manualidades y el reciclaje”, dijo en una entrevista a La Opinión Austral. “Hay gente que necesita hacer otra cosa, entonces en mi cabeza nació esta idea. Se la plantee a mi directora Andrea Barría y me brindó este espacio. Invité gente y cuando se empezaron a anotar me emocioné muchísimo”, agregó.

Consultada por la razón por la que eligió a estos destinatarios respondió “lo mío era tener alguna actividad para el adulto mayor después de la pandemia”.

El reciclaje siempre fue su pasión, y para ella cualquier material tiene potencial para transformarse en una pieza superior: “Desde que encuentro materiales en la calle es como un cuento, algo tan hermoso, tener a las señoras trabajando conmigo me hace más que feliz porque con poquitas cosas se hacen cosas maravillosas, hay que atreverse a soñar“, expresó.

A los trabajos que realizan planean venderlos y que sean una salida económica para las artistas “será una herramienta para cada una de ellas, la mayoría hace ferias en distintos lugares de Río Gallegos, y ahora están mas enganchadas con esto que les sale muy bien, yo más que feliz”. Por el momento no cuentan con espacio físico para poner los elementos a la venta, esta fue su primer exposición, aunque quizás a la brevedad se autorice que puedan realizar ferias en el lugar.

Manualidades realizadas por las alumnas. FOTO: LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL.

El taller se dicta lunes, miércoles y viernes de 14 a 18, pero la imaginación de Lili nunca duerme: “En mis días de descanso sigo soñando así al otro día cuando ellas vienen les propongo ideas. Me siento muy acompañada y agradecida con todo el personal”, contó emocionada.

Para re-adornar los elementos reciclados utilizan pintura a la tiza, en su mayoría colores pasteles, pinceles y servilletas. “Cuando llega fin de mes entre las chicas ponemos de $500, $600 o $1000, lo que se pueda. Yo voy anotando, les digo cuanto tenemos, compramos pintura, y voy rindiendo para que sepan que la plata está acá”, explicó sobre la organización económica para contar con recursos.

En el taller participan 12 mujeres y por ahora el cupo está lleno, pero no descartan que puedan seguir sumando participantes “si mas adelante el lugar lo permite o si tengo otra persona que me acompañe sería re lindo tener 30 personas. Me da mucha pena cuando tengo que decir que no hay más lugar”, lamentó.

Gloria Rodríguez es una de las 12 alumnas que conforman el equipo de trabajo, “a mi me re-encanta hacer las cosas que hacemos, me siento síper cómoda, tenemos un grupo muy lindo, hay mucho compañerismo y tenemos muchas cosas para aprender”, dijo a La Opinión Austral.

Nunca había realizado actividades de reciclaje, ni estaba en sus planes, pero recibió la invitación y fue a probar suerte “descubrí este mundo recién ahora, dije bueno voy a ir a ver y sinceramente me encantó, sobre todo el ambiente que tenemos”, manifestó.

Gloria es una de las participantes del taller. FOTO: LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL.

El propósito del taller está planteado como un ámbito que sea terapéutico para quienes lo presencian “mi momento preferido es cuando estamos todas juntas trabajando, intercambiando opiniones“, dijo Gloria, y agregó “tenemos que soñar, yo agarro cosas de mi casa y las renuevo. Sueño, creo, pinto, hago cosas lindas”.

Sobre cómo se siente desde que comenzó con esta actividad respondió: “Me hace muy bien. Mi familia está contenta, mis hijos están felices porque me dedico tiempo para mi, es un nuevo hobby que apareció“. Finalmente, contó que los días que tiene que asistir espera ansiosa que llegue la hora “llego temprano porque me encanta. Mi relación con mis compañeras es hermosa y vamos por mucho más”

 

Estas son las latas que utilizan en el taller. FOTO: LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL.

Para cerrar, Lili dejó en claro que su deseo es que el taller trascienda más allá del tiempo y de ella “en un año y medio me jubilo y quisiera que esto quede. Cada señora ha contado su historia de vida, la mayoría son viudas, esto las saca de la rutina y de la tristeza, es un mimo que nos damos entre todas”, cerró.

Lo que más buscan para hacer las manualidades son latas grandes, aunque todo lo que sea reciclaje es bienvenido. Pueden comunicarse con Liliana Vallejos al 2966-224620.

Leé más notas de Iara Martínez