Sofía Ávila, la joven que está imputada y con tobillera electrónica por el homicidio de Juan Manuel Padrón en Río Gallegos, declaró por primera vez ante la Justicia este miércoles, desde el centro de rehabilitación donde está en tratamiento por consumo problemático y con prisión preventiva, en la Ciudad de Buenos Aires.

La abogada Mariana Barbitta viajó a Buenos Aires para acompañar a Sofía durante la declaración a través de Zoom ante la jueza de Instrucción Rosana Suárez, la cual duró unas tres horas. Desde Río Gallegos, también estuvieron presentes su otro defensor, Matías Gutiérrez, y el fiscal Fernando Basanta.

Juan Manuel Padrón y Sofía Ávila.

La agrupación feminista Araucarias dio a conocer los estremecedores detalles que declaró la joven, en los que contó de manera explícita las situaciones de violencia que vivió durante su relación con Padrón. En su defensa, siempre aseguró que el asesinato fue en defensa propia, en un contexto marcado por agresiones verbales y físicas. “Jamás quise matarlo, solamente me defendí de las agresiones que estaba sufriendo…”, dijo Sofía, quien por primera vez habló de los hechos que ocurrieron el 6 de marzo de este año.

“No niego lo que hice, solo quiero que entiendan las razones y en qué circunstancias lo hice”, explicó ante la jueza. A la vez, detalló cómo fue su vínculo con Padrón, que culminó en el fatal desenlace.

La vivienda donde ocurrió el homicidio. FOTO: JOSÉ SILVA / LA OPINIÓN AUSTRAL

Ávila contó que al poco tiempo de conocer a Juan Manuel, “empezó a invadir mis espacios, empezó a vivir en mi casa, a usar mi camioneta, etc., dejé de ir a trabajar a la peluquería, dejé de ver a mi familia y volví a consumir cocaína. Mi hijo también empezó a sentirse invadido y molesto, ya no estaba cómodo, empezó a faltar al jardín y llegar tarde a fútbol. Peleaba todo el tiempo con Juan Manuel sobre qué se miraba en la tele, quién dormía con mamá, o de quién era mamá”, relató. “Mi hijo me exigía el tiempo que no le podía dar, ya no tenía a su mamá para que le cocine, para dormir juntos, ni para ir a pasear al centro. Se terminó sintiendo tan incómodo que, con tan solo 5 años, le pidió a su papá que lo vaya a buscar, y entendí que eso era lo mejor para él porque no lo estaba pasando bien. A partir de este momento empecé a ver menos a mi hijo”, dijo en relación a su rol de madre.

Sobre el consumo de drogas, legales e ilegales, Sofía aseguró: “Me incitaba a beber con él, pero yo no aguantaba llegar al estado de embriaguez que alcanzaba él, yo no estaba acostumbrada a vivir así. En esas ocasiones, después de pasar la noche divirtiéndonos, yo caía ‘muerta’ en la cama y me dormía rápidamente, ahí es cuando empezaron a aparecer los abusos sexuales…”, contó. “Juan Manuel me empezó a administrar las pastillas cada vez que bebíamos alcohol, él decía que así estábamos en la misma sintonía”, detalló.

Asimismo relató que el militante radical “nunca andaba con plata, lo que cobraba en el Concejo Deliberante no alcanzaba porque él debía dinero a los que le vendían cocaína. Vivíamos de mi pensión y nos alcanzaba para cubrir las necesidades básicas, pero él quería más”, mencionó y dijo que también la sometía a prácticas sexuales con otras personas por plata: “Usaba mi plata, mi casa, mi auto, me violaba y me obligaba a prostituirme”, dijo.

Sofía había radicado una denuncia en 2020, en la que aseguraba haber recibido “golpes de puño en el rostro”, en medio de una violenta discusión.

Las descripciones de violencia extrema que mencionó Sofía también incluyen insultos constantes y agresiones físicas que consistían en forcejeos y piñas generalmente en la cabeza “para que no se note”, dijo en su declaración.

La madrugada trágica

En su declaración, Sofía también reconstruyó lo que recuerda de aquel día en que ocurrió el homicidio: “Estábamos preparando el trago, Juan metió Rivotril en la jarra y me dio una pastilla a mí para que la tomara… Me recuerdo sentada en una silla, ida y sin reacción, y él me dio una pastilla más y me puso una botella de vino en la boca para que la trague, yo cada vez recordaba menos”, relató.

Tapa de LOA del 28 de marzo del 2021.

“Tengo un pantallazo en mi habitación peleando, luego me veo yo en el sillón y Juan teniéndome la cabeza, dejándome sin aire, no podía respirar. No sé de dónde ni cómo pero tuve fuerza para reaccionar, empujarlo, y me caí del sillón, me lastimé las rodillas, y estando sentada o casi parada me dio una piña muy fuerte en la cabeza… Fui para el lado de la mesa, él me sujetó y cuando logré separarme de él le clavé el cuchillo que estaba arriba de la mesa…”, confesó la joven.

Cómo es su vida en el centro de rehabilitación

“Estoy acá, reencontrándome de nuevo con mi ‘yo’, ese ‘yo’ que había perdido la identidad después de tanto tiempo acostumbrada a vivir en el infierno en el que estaba y no podía salir”, dijo sobre el momento en que se encuentra hoy en el centro terapéutico.

Acerca de su relación con Juan Manuel, reflexionó: “Jugaba conmigo a ‘el límite’, y ese límite un día llegó. Se le fue de las manos, me estaba llevando y ya me estaba yendo, pero pegué el manotazo, volví. Hoy estoy acá y no me voy a quedar quieta, hay miles de mujeres más por salvar, sin la necesidad de llevarme una vida. No quiero ser un caso más, ni un caso menos, quiero ser Sofía, un nombre significante para empezar a vernos con la perspectiva que merecemos nosotras: Las NO femicidio”, expresó la joven imputada.

Su defensa pidió el sobreseimiento de Ávila, apelando a que el homicidio fue la consecuencia de una relación marcada por la violencia de género.

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