Un comerciante de Río Gallegos afronta una dura pena, en caso de ser encontrado culpable, acusado de haber abusado sexualmente de su propia hija durante años.

Se trata del caso de un vecino que se encuentra tras las rejas desde hace tres años y que puede pasar los próximos once en la misma condición, si el tribunal de la Cámara Oral hace lugar al pedido de la Fiscalía, por los abusos que cometió en el pasado con su hija menor de edad.

De acuerdo a la información recabada por La Opinión Austral, el hecho tiene como protagonista a un hombre de unos 50 años, quien en el 2019, fue detenido por orden de la Justicia de Instrucción por abusos que cometió contra su propia hija cuando ella tenía entre cinco y siete años.

Según pudo saber este diario, si bien los abusos ocurrieron hace más de diez años, fue en el 2019 cuando la víctima juntó coraje y contó sobre los ataques sexuales a los que había sido sometida durante su niñez, en manos de su propio padre.

Al comerciante (de quien no se darán a conocer ni las iniciales ni el apellido con el fin de no revictimizar a la sobreviviente) lo acusaron de haber abusado sexualmente en reiteradas oportunidades a la menor de edad, en la casa en la que ambos convivían en el barrio Evita de nuestra ciudad capital, incluso con un agravante que, por pudor, este diario no dará mayores detalles.

Lo cierto es que el debate se realizó en horas de la mañana del jueves, tal como lo había adelantado La Opinión Austral, en las instalaciones de la Cámara Oral en la calle Malaspina. El tribunal estuvo conformado por Joaquín CabralJorge Yance y María Alejandra Vila.

Aunque no hubo querella, quien veló por los intereses de la sociedad a cargo de la Fiscalía fue Iván Saldivia. Por su lado, el comerciante fue representado por el abogado Victor Robles.

Si bien en un principio se pensaba que se trataría de un debate abreviado, la defensa del acusado le recomendó que use su derecho a mantener el silencio y comenzaron a declarar los testigos que trabajaron en la instrucción de la causa.

De acuerdo a fuentes judiciales consultadas por La Opinión Austral, el testimonio más importante fue el de la víctima. Su declaración fue importantísima ya que ratificó todo lo expuesto cuando le habían hecho la cámara gessel hace tres años, cuando tenía quince y se había animado a contar todo lo que había vivido.

Ante esto, para el fiscal el delito estuvo más que acreditado y, en su alegato, solicitó la pena de catorce años de prisión en orden del delito de “abuso sexual gravemente ultrajante en concurso real con acceso carnal“. Por su lado, en su pedido de pena, Robles solicitó la absolución de su cliente entendiendo que no había pruebas concluyentes.

El juicio se extendió hasta pasadas las dos de la tarde del jueves. Tras conocerse los pedidos de pena, el tribunal comenzó a deliberar.

Pese a que comienza el receso invernal para el Poder Judicial, el próximo jueves se conocerá la sentencia contra el comerciante, cuando se cumplan los cinco días hábiles que tienen los jueces para resolver la situación contra el acusado

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