El fin de semana se tiñó de sangre en Río Gallegos y ahora reina la incertidumbre, por el estado de salud de un joven que, intentando ingresar a un boliche cayó de una altura de cuatro metros.
El caso tiene como protagonista a Daniel K., un chico de no más de 19 años, cliente habitual del local nocturno Russia que por estas horas se encuentra en terapia intensiva, luego que le certificaran lesiones graves por un politraumatismo craneal y una contusión pulmonar.
El frente del local nocturno a donde quería entrar el joven.
Desde el entorno familiar del joven, indicaron que por el momento saben que está estable pero que esperan en todo momento un nuevo parte médico para saber como continúa evolucionando, en el ala de Terapia Intensiva del Hospital Regional. Se supo que está consciente pero su estado es muy delicado.
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A menudo pasan situaciones similares en la noche de Río Gallegos y los chicos buscan las formas para volver a entrar a los boliches, metiéndose en cualquier recoveco por las construcciones lindantes. Ésto es lo que quiso hacer Daniel.
El joven subió al techo de la casa del vecino, quiso pasar a una construcción cercana y entrar al patio de Russia. Fue en estos momentos en los que se afirmó en una cabriada de vieja data y ésta no resistió. Daniel cayó de una altura de cuatro metros al suelo.
La cabriada que se rompió antes de la caída.
Fue el personal de Russia el primero en auxiliar al joven. Jorge Constanzo, dueño del local, habló con La Opinión Austral y contó detalles de lo sucedido: “la cabriada cedió y el pibe cayó. El de seguridad fue a verlo. Si nadie lo veía no lo encontraban más. Podría haber sido una tragedia”, indicó.
Más allá que no hubo terceras personas involucradas en el caso, la Justicia ordenó hacer las pericias ya que el joven terminó con heridas graves. La Policía de Santa Cruz hizo las diligencias en horas de la mañana del sábado con la luz del suelo.
Este diario tuvo acceso exclusivo a imágenes del lugar donde cayó el chico. Se puede ver que la construcción abandonada, la cabriada de madera que no resistió y el charco de sangre que perdió Daniel.
El propietario del lugar llamó a las autoridades o a los dueños de los galpones a “que traten de tirarlos abajo, o cerrar esa parte de las cabriadas”.
Constanzo también llamó a la reflexión de los jóvenes. “Que los chicos tengan conciencia, por ahí piensan que no importa nada y saltan por cualquier lado. Eso no es un juego, se pueden lastimar mucho. La inconciencia los lleva a jugar con la vida como pasó con este chico. Esperemos que salga todo bien“
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