Un homicidio se registró en octubre del 2019 y conmocionó a la localidad de Río Gallegos, primero por la brutalidad y luego porque se conoció que, tanto el victimario como la víctima no superaban los 25 años de edad.

Es el caso de Martín Bustos, un joven de 24 años que encontró la muerte tras ser disparado por un joven que en ese momento tenía 23: Astor Santos, un hombre que por estos días se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria N°2, con prisión preventiva por el crimen.

La víctima estaba conociendo a una chica y tratando de rearmar su vida luego que su expareja se fuera a San Juan con el hijo que tenían en común, cuando su vida se truncó cuando Santos le disparó por la espalda, afuera de una vivienda ubicada en la calle Costanzo al 2400, en la periferia de nuestra ciudad capital.

Quien gatilló la pistola fue Santos. Desde temprana edad, él cometió diversos delitos y allá por el 2016 -cuando tenía 19 años- lo denunciaron por una causa de amenazas calificadas y la Policía le encontró unos pocos gramos de marihuana. Luego sería sentenciado por esa causa a la pena de dos años y medio de prisión.

Santos siguió en libertad. Sus familiares, en su intento para “rescatarlo” y llevarlo por “buen camino”, decidieron enviarlo a la provincia de Buenos Aires pero eso no fue suficiente. A mediados del 2019 volvió a Río Gallegos y siguió cometiendo algunos delitos, hasta que ejecutó el homicidio de Bustos.

La madrugada del 3 de octubre, Martín estaban charlando con la joven cuando apareció en la escena Santos y le disparó a traición, por la espalda, para luego darse a la fuga. El disparo dio en la nuca.

La Policía llegó minutos después. El personal de la Comisaría Sexta no creía que a Bustos le habían disparado, todavía estaba consciente y lo trasladaron de urgencia al Hospital Regional, durante unas horas, la víctima y los profesionales lucharon para mantenerlo con vida pero ya tenía muerte cerebral.

Tal como lo informó La Opinión Austral, en el medio del dolor, la familia decidió donar los órganos de su ser querido. En paralelo, existía una investigación paralela para encontrar a Santos. Todas las unidades operativas de nuestra ciudad capital se vieron abocados para dar con el paradero del homicida que ya había sido individualizado.

Según pudo reconstruir este diario, Santos estuvo por la casa de su padre, por la calle Antonio Rivero. En un descampado ubicado en el pasaje Guatti, decidió descartar el arma que había utilizado y luego se entregó en la Comisaría Tercera.

Desde aquel momento se encuentra detenido. Primero estuvo en esa sede policial, luego fue trasladado a la Seccional Sexta y actualmente se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria N°2, indicaron fuentes consultadas, a la espera del debate en su contra.

El juicio de valoración de pruebas se hizo este miércoles en las instalaciones de la Cámara Oral de nuestra ciudad capital. El tribunal estuvo conformado por Jorge Yance, Joaquín Cabral y María Alejandra Vila, quien se reincorporó en las últimas horas.

Aunque  no hubo querella, quien veló por los intereses de la sociedad fue Iván Saldivia. El abogado defensor de Santos fue Emin Charif Sat. Por su recomendación, el acusado dio su versión de los hechos y la declaración dejó conformes a los presentes.

En consecuencia, el representante del Ministerio Público Fiscal solicitó un juicio abreviado, a partir de la versión de los hechos que fue lisa y llana. Entendiendo la edad del enjuiciado y su aporte para llegar a la verdad y justicia, solicitó la pena de once años de prisión. Pedido que fue avalado por Charif Sat.

De esta manera, concluyó el juicio y comenzaron a correr los cinco días hábiles, tiempo que tiene el tribunal para deliberar y dar a conocer la sentencia

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