Por Juan I. Martínez Dodda

Días atrás, en el marco de la Exposición Rural de Palermo, en Buenos Aires, se realizó la Jornada Ovina Nacional, bajo la propuesta “Fortalezas y debilidades de un sector que busca crecer”. La idea fue nuclear temáticas que interesan de norte a sur, donde la actividad tiene participación, pero también abarcar las tendencias de un negocio con potencial, pero en el que hay que ajustar algunas cuestiones para asumir los desafíos venideros.

Fueron cuatro bloques. Se habló de tendencias mundiales como el bienestar animal y ambiental, además de lo que buscan los mercados; también hubo un bloque de la carne con la mirada de la producción y la industria frigorífica, y la necesidad de un desarrollo del mercado interno; el tercer bloque tuvo la la participación de productores de distintas regiones que plantearon temas técnicos y económicos; finalmente un cuarto bloque con el desarrollo ovino en otras regiones.
En diálogo con Santa Cruz Produce, Marcos Williams Prim, coordinador de la MON (organizadora de la jornada), compartió que “a pesar de la pandemia se pudieron hacer cosas, el resultado más importante fue la sanción de la Ley Ovina Nacional, una herramienta fundamental y una demostración de que se pueden tener políticas que trasciendan los gobiernos”.

“Hubo otros avances como el manual de bienestar ovino y el estudio del comportamiento de carnes para el mercado interno, sobre todo el estímulo a productores a que ingresen en el negocio y lo hagan crecer, esto se nota porque hay mayor actividad en general”, expuso Williams Prim ofreciendo una mirada de la situación ovina argentina.
El coordinador de la MON admitió que en el tema carne ovina “la asignatura pendiente es el agregado de valor y otros temas para corregir desde la producción primaria. También fueron interesantes los estudios de mercado respecto del consumo interno y la situación de la industria frigorífica”.

Fortalezas y debilidades

Williams Prim se refirió a lo bueno y a lo malo, lo que hay, lo que falta y lo que se está perdiendo, por no alcanzar los estándares cada vez más exigidos por el mercado mundial.
Entre las fortalezas, destacó que “es una actividad bien federal, con presencia desde Jujuy a Tierra del Fuego, que como negocio es de rápido giro comercial, lo que lo hace una alternativa interesante frente a otras, y es complementaria, no hay que sacar nada de lo que se esté haciendo como agricultura o ganadería bovina, el ovino no desplaza a nadie”. Esto, claro está, en otras regiones, no en Santa Cruz donde en casi todos los casos el ovino es “monocultivo”.

“Probablemente, -siguió Williams Prim-, la fortaleza más importante es que hay una fuerte demanda, y todo lo que se produzca en lana de buena calidad y en carne ovina, todo se vende”.
En cuanto a las debilidades o desafíos, Williams Prim recordó que, justamente por la extensión geográfica y la diversidad de planteos y necesidades, es difícil establecer un patrón común. Sin embargo, “la debilidad más grande es que no tenemos cantidad de producto continuo como para afrontar una demanda pujante”.

“También hay trabajo por hacer respecto de la informalidad que hay en las pequeñas explotaciones, que son muchas, y hace que, por distintos motivos, no tengamos ni continuidad en la góndola o poca presencia, etc.”, expuso Williams Prim, que le apuntó también como debilidad actual a la brecha cambiaria “que nos afecta de lleno”.
El objetivo para 2030 es tener 18,5 millones de cabezas, con 65% de madres y una tasa de extracción de 28%. En cuanto al valor de la producción en millones de dólares pasar de 290 millones de dólares lana FOB a 460 millones y la carne FOB/Mayorista de 140 a 280 millones de dólares. Así se pasaría de 430 a 740 millones de dólares, esto es incrementar un 72% el nivel de facturación en una década.

El objetivo para 2030 es tener 18,5 millones de cabezas, con 65% de madres

Pensando en la agenda de trabajo 2022/23 Williams Prim enumeró la actualización del Programa de carne ovina, tratamiento fiscal del plus de zona desfavorable, seguimiento de la situación sanitaria (sarna-garrapata-piojo), revisión del PROLANA y del SIPyM, ajustes de manejo y control de predadores, aprovechamiento sustentable del guanaco, mejora del sistema de estadísticas y, lo dicho, facilitar el consumo interno de carne.

Lanas en foco

Uno de los disertantes de la jornada fue Marco Gallia, vicepresidente de la Federación Lanera Argentina, que ofreció un panorama del mercado lanero y las oportunidades. “Si comparamos Argentina con sus competidores, Australia (314 millones de kilos), Nueva Zelanda (127 M/kg) y Sudáfrica (45 M/kg), que son los principales países productores en volumen, mientras Argentina (39 M/kg) es importante en lanas de calidad, Argentina está más a cubierto por tener industria (el 76% se exporta con algún grado de industrialización) y exportar a muchos países más porque llega con lana peinada, mientras que ellos exportan más del 80% a China, están atados a un casi mono-mercado y eso tiene consecuencias”.

También se analizó el control de predadores y el manejo sustentable del guanaco

Mostró que Australia, por ejemplo, exporta el 95% de su lana en estado sucio, sin industrialización, y eso lleva a que su principal destino sea China (82%). Sudáfrica vende el 100% lana sucia y China representa el 79% de sus ventas al exterior.
Gallia habló de porqué el de la lana es un mercado que tiene y tendrá los próximos años estabilidad de precios. “Una de las causas, por ejemplo, es que el mercado australiano, el más líquido del mundo, hoy, a diferencia de los años 90 o principios de 2000, el productor tiene una diversidad de productos como carne y granos, que puede vender si los precios de la lana no le convencen”, contó Gallia. Y explicó: “La lana se ha transformado en un refugio para ellos, de modo que cuando los precios bajan la lana retenida aumenta y los precios corrigen a la suba, este es un comportamiento que creo va a mantenerse en adelante”.

La lana se ha transformado en un refugio para otros países

El otro punto en el que hizo hincapié es en las oportunidades y desafíos que ofrece la demanda de lanas certificadas. “Se paga una diferencia de valor respecto del valor de mercado de la lana convencional, por eso, lo que puedo recomendarles es que aceleremos hacia la mayor cantidad de lana certificada”, dijo Gallia. Y agregó: “En 2019 les dije que se iba a pagar más y hoy eso está pasando”. Mostró que el premio para lanas RWS de 19,5 20 y 21 micras tuvo un pico de 24,9% con un piso de 8,6%. “Esto es ya, ahora, es una renta que tenemos que ir a agarrar”, enfatizó.

A modo de resumen, Gallia expuso: “Argentina está muy bien insertada, tiene un contexto estructurado, y su complejo industrial funciona bien y no depende de China, que siempre es un riesgo, hay estabilidad de precios, de manera que hay oportunidades, las cuales mejoran si profundizamos la certificación y el balance de carbono”.

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