“Se vende más clona que ibuprofeno, te lo aseguro”, dijo un farmacéutico local a La Opinión Austral.
La falta de una marca de ansiolíticos en farmacias puso en la agenda la salud mental, una vez más, luego de que pacientes y profesionales de la salud advirtieran que el Rivotril ya no se estaba comercializando en el país.

La problemática deviene de un factor fundamental. Desde el año pasado el producto fue vendido a nivel global a Cheplapharm Arzneimittel, una empresa alemana representada en Argentina por Biopas Argentina S.A, que desde agosto es la marca responsable de la distribución y que, además, presenta demoras por cuestiones meramente burocráticas con la ANMAT que estiman resolver en las próximas semanas.

Aun así, la demanda del fármaco en Santa Cruz, afirmaron farmacéuticos y profesionales de la salud mental a La Opinión Austral, es “altísima”.

“Es igual para todos. Más acá en el sur, todos trabajamos con las mismas droguerías. Falta y no tiene nadie”, aseguró una de las farmacéuticas.

Profesionales de la salud aseguran que la demanda durante la pandemia fue “terrible”. FOTO: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

“Nosotros tenemos marcas alternativas de la misma droga, pero aunque sean las mismas, ayer justamente una señora me dijo que no le servía”, agregó. Describió que esto “no debería ser así”, de todos modos.

Aseveró, además, que “casi todas las personas que toman este tipo de medicamentos jamás los dejan de tomar porque generan una adicción total que empeora todo y el cliente los quiere sí o sí porque los necesita”. Tal es así que fue más allá y afirmó que “dentro de unos días se notará la desesperación de la gente”.

El fármaco, por lo general, se vende en cajas de entre 15 y 60 comprimidos de entre 0.25 y 2 miligramos

Otra de las reconocidas cadenas farmacéuticas en la ciudad, detalló a La Opinión Austral que, al igual que sus pares comerciales, “están en falta algunas marcas, se consiguen de otros laboratorios, pero Rivotril no porque cambió la titularidad y pasó a otro”.

De la misma manera, otra farmacia que tiene sucursales en distintos puntos de la ciudad adhirió a la situación de los otros comercios. “Es verdad que no se consigue hace bastante tiempo y no tienen en ninguna de las droguerías, de todos modos hay otras marcas que siguen viniendo”, afirmó el comerciante a La Opinión Austral.

En cifras

Los números son alarmantes si se piensa en términos de salud mental, lejos de “demonizar” los fármacos que acompañan tratamientos psicológicos y psiquiátricos, la salud mental en la provincia es un tema que preocupa.
En números, sólo una de las farmacias céntricas de Río Gallegos vendió durante el año pasado un estimado de 1.820 cajas del fármaco que, por lo general, se presenta en cajas de entre 15 y 60 comprimidos de entre 0.25 y 2 miligramos.

Dependiendo la marca y la cantidad de comprimidos, las cajas oscilan entre los 400 y 1.800 pesos

¿En términos económicos? Dependiendo la marca y la cantidad de comprimidos, las cajas del fármaco oscilan, cada una, entre los 400 y 1.800 pesos, que con cobertura de obras sociales disminuyen en diferentes porcentajes.

El dato: “Si, por ejemplo, en una farmacia de Piedra Buena se venden 12 cajas, acá en Río Gallegos se venden 100 en cada farmacia por mes”, señaló un farmacéutico a La Opinión Austral.

“SE DA RIVOTRIL COMO SI FUERA CARAMELO”: ¿QUÉ DICEN LOS PROFESIONALES DE LA SALUD MENTAL?

La alta demanda del fármaco preocupa a profesionales de la salud mental que, particularmente, en Río Gallegos, pero en términos generales en Santa Cruz, está en el “ojo de la tormenta” hace ya un tiempo.

Meses atrás, incluso, se debatió sobre la Ley de Salud Mental que, aseguraron psicólogos y psiquiatras a La Opinión Austral, “no tiene problemas en cuanto a la normativa”, pero sí la salud mental está “explotada” por varios factores: la falta de profesionales y la falta de inversión.

Esto deviene, como consecuencia, en varios problemas a abordar. En principio, un punto determinante fue la pandemia y el impacto que tuvo en la sociedad. Desde el Centro de Salud Mental aseguraron a La Opinión Austral que, en efecto, el consumo de clonazepam en Río Gallegos es “altísimo”.

“Muchas veces los usan con otros fines de consumo. Pero, en general, se da a pacientes que no pueden dormir, cuando está muy impulsivo y cuando los diagnósticos determinan que, a veces, son necesarios, pero por un tiempo”, detallaron. Cada caso, aun así, depende de las particularidades y generalizar sobre el tema no sería lo correcto. “Sin embargo, es preferible tomar algo para dormir que no dormir”, señaló una profesional del área. Aun así, aseveró que el caso aplica a personas “que llegaban con crisis suicidas al Centro de Salud Mental”.

“En esto, lo primero era estabilizar el sueño para poder comenzar a intervenir, todas las personas deberíamos dormir por lo menos 6 o 7 horas seguidas, eso es sano”, agregó para cerrar.

Leé más notas de Nazarena Malatesta