Andy sigue sumando oportunidades y luchas ganadas a su vida y, después de la cirugía, espera poder volver pronto a Río Gallegos. “Ahora va a tener la posibilidad de disfrutar más de plazas que de hospitales”, dijo su papá, Ismael Calderón, en diálogo con La Opinión Austral.

Este miércoles el pequeño trasplantado de hígado, que cumplirá tres años el próximo mes, salió de la intervención quirúrgica donde le sacaron el catéter.

Además del trasplante, el pequeño de dos años y once meses superó un cáncer en 2021.

Desde 2020 se mantiene en la capital junto a su padre, quien lo acompañó en todo el proceso. El próximo 14 de febrero cumplirá tres años y sigue avanzando favorablemente.

En el medio de su estadía atravesó un cáncer linfoproliferativo y durante 2021 su cuerpo se adaptó al órgano, pero también peleó y superó ese cáncer.

“Andy va a tener una nueva posibilidad de jugar y vivir, ya sin un catéter”.

Con menos de tres años, logró avances que sorprendieron, incluso a sus propios médicos.

Ayer por la mañana Andy entró al sanatorio y a las pocas horas ya estaba despierto y sin catéter. “Salió de la cirugía y ya estuvo jugando en la plaza. Este angelito que tiene y Dios lo cuidan mucho, sino no se explica que salga así, corriendo como si nada, como si no hubiera tenido nada, es increíble”, contó Ismael.

La felicidad de su papá se incrementa con el correr de los días, porque sabe que ahora viene la mejor parte para su hijo.

“Yo le explicaba que le iban a sacar el catéter para que pueda empezar a vivir una nueva vida y que no tenga miedo para jugar y hacer cosas, primero fue como que él no quería, pero lo fui llevando y hablándolo”, expresó.

“A lo último hablábamos y festejábamos que ya va a ser un nene completamente sano. Salió de cirugía feliz”, contó.

Para Ismael, estos dos últimos años fueron de aprendizaje y de superarse a sí mismo. “A los hijos se los llena de fe, de esperanza y de mucho amor, a Andy le he dado todo y hoy son estas las consecuencias, así que la felicidad que tengo es enorme”, agregó Ismael. “Me lloré todo de alegría, después de tanto viene lo mejor”, aseguró.

Los estudios previos a la cirugía que le hicieron al pequeño arrojaron buenos resultados, desde su hígado, que está en perfectas condiciones, y el cáncer que tuvo, también con buenos valores. No surgió ictericia por el órgano y, así, todo marcha bien.

Estiman que promediando febrero, con más probabilidad a fin de mes, estarán por volver a Río Gallegos, el primer y principal objetivo de los dos.

“Estoy feliz de que Andy pueda comenzar con esta nueva vida. Andy, al tener su trasplante hecho en Buenos Aires, seguramente implicará volver cada tanto, le tocó batallar con muchas cosas, pero aun así nunca dejó de ser un nene feliz y amado, por sobre todas las cosas”, dijo su papá y cerró: “Esta victoria es de mucha gente que nos acompañó”.

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