El regreso de Gran Hermano 2022 (Telefe), conducido por Santiago del Moro, generó muchas repercusiones. Por empezar, el número de audiencia que tiene cada noche, tanto en las galas cómo en los debates. El rating, desde su comienzo, ronda los 20 puntos. Pero, además, hay bastantes polémicas, no solo de los participantes, si no, también, sobre el mismo conductor.

En una charla con LAM (América TV), conducido por Ángel de Brito, una de las primeras consultas a Del Moro fue sobre las críticas a los concursantes. “Yo le tenía fe pero nunca esperé tanto quilombo en tan poco tiempo. Trato de ponerme en el lugar de los jugadores. Muchos esperan que den mensajes, digan cosas inteligentes o eduquen; ellos están ahí porque quieren ser famosos, ganar el premio o vivir la experiencia. No son ni más ni menos que personas como cualquier otro”, confesó.

“Es un programa de televisión y no se les van a dar ningún ministerio para que gobiernen. A diferencia de otro reality, acá, el aislamiento es total. Salvo cuando les gritan algo desde el afuera; de todas formas, no saben si es cierto o no lo que dicen. Las cámaras están activas las 24 horas y ellos hacen lo que pueden”, manifestó Santiago.

Sobre las cosas que dicen hacia su persona, indicó: “Todo lo que pasa afuera me parece bienvenido y trato de no colgarme; igual, para hacer un programa que mida lo que mide Gran Hermano necesitas de todo eso también. No me lo tomo personal. Disfruto… pensá que tengo tres hijitas, una bebé, la radio, la tele y trato de disfrutar. Si me cuelgo en todo lo que pasa en un programa tan gigante… aparte, yo soy uno más del engranaje; el rating no es por mí. Circunstancialmente, me toca hacerlo. Me encanta que nos vaya bien”.

“Trabajé mucho en mi vida para que no me importe la mirada del otro. Tengo un programa número uno en la radio y la tele; lo disfruto y el resto no me llega, ni me importa. Me da lo mismo lo que digan. No es algo que me modifique y, tampoco, puedo hacer algo con eso. Se cumplió un mes que estamos al aire. Siento que llevamos 15 años y, todavía, falta un montón”, remarcó.

Para concluir, comentó que hay dos cosas que le llaman la atención: “Uno es que la grieta política no se ha metido todavía. Dentro de la convivencia muchos piensan diferente pero pueden convivir. Otra cosa es qué, bastantes, no han mostrado su verdadera personalidad. Juan Reverdito, por ejemplo, aparece afuera como un tipo que tuvo una vida complicada, difícil y muy sensible; eso, no lo mostró en la casa. No entiendo porque van a hacer esa estrategia berreta, que no les sale, en lugar de mostrarse lo más natural posible. La gente no premia tanto la táctica, sino la esencia”.

Leé más notas de La Opinión Austral