“Estoy convencido más que nunca que juntos vamos a lograr superar nuestras dificultades, cambiando de verdad, de raíz y entendiendo que no hay atajos mágicos“, había dicho el ex presidente Mauricio Macri el día que, en 2018 y un año antes de las elecciones generales, anunció el acuerdo por Stand By por 57.000 millones de dólares, de los cuales luego se llegó a desembolsar u$s44.867 millones.

Más tarde, el propio Fondo Monetario Internacional publicó su propia revisión del multimillonario crédito que le otorgó a Macri, en el que incluyó críticas a esa gestión y admitió de manera indirecta que parte de los casi u$s45.000 millones desembolsado financió la fuga de capitales.

Macri junto a la extitular del FMI Christine Lagarde

Ahora, el presidente Alberto Fernández anunció que la Argentina arribó a un acuerdo con el FMI por la deuda de 44.000 millones de dólares contraída por la gestión de Macri. Tras arduas negociaciones, acordaron una reducción del desequilibrio fiscal a 2,5% para el año en curso, 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024.

Qué hacía Mauricio Macri mientras el Gobierno negociaba la deuda que él mismo contrajo con el FMI

De los “atajos mágicos” a la reposera. El expresidente miró las negociaciones desde el barrio privado de Cumelén, a 3kms de la ciudad de Villa La Angostura.

A orillas del Nahuel Huapi, el lugar cuenta con un campo de golf, muelle propio, cancha de tenis y más de treinta hectáreas de bosque de araucarias y arrayanes.

Captura de pantalla de la historia de Instagram de Awada

Desde allí, su esposa Juliana Awada compartió fotos en su cuenta de Instagram de ambos paseando en barco y luego descansando en una reposera.

En 2018, Macri había asegurado que el FMI tenía ganas de “ayudar” a la Argentina y también había expresado su deseo de que ese préstamo millonario “termine con toda la Argentina enamorada de Christine Lagarde“, quien en ese momento era titular del organismo.

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