El sociólogo de la Universidad de Buenos Aires Nahuel Sosa en entrevista con el programa La Mañana de LU12 AM680 brindó su punto de vista sobre la aparición y crecimiento de grupos antivacunas.

En nuestra provincia se manifiestan grupos que rechazan tanto el pase sanitario que se solicita para ingresar a ella y para acceder a algunos sectores, como la vacuna contra el coronavirus.

Esta situación se ve reflejada principalmente en ciudades de mayor población. En Río Gallegos existen varios y en nuestra ciudad incluso se ha convocado a una junta de firmas en rechazo a la medida dispuesta por el Comité Operativo de Emergencia de solicitar el pase en diversos ámbitos.

Al ser consultado el profesional por el planteo que se realiza, el especialista indicó: “La pandemia sin dudas tuvo impactos sanitarios y económicos, pero también tiene impacto en el campo de las subjetividades, los comportamientos sociales y la psicología”.

Sosa indicó que en este tiempo han crecido los grupos negacionistas al que definió como “una suerte de terraplanismo que niega a la ciencia como fuente de autoridad legítima y en gran parte tienen explicaciones”.

Para Sosa la postura es “una suerte de terraplanismo que niega a la ciencia”

En algunos casos se trata de creencias políticas que se agrupan en las nuevas derechas “hacen de una posición antivacuna una suerte de posición en defensa de la libertad y en contra del Estado, cuando termina siendo absolutamente lo contrario”.

Lejos de defender la libertad, “lo que se defiende es el contagio”. Desde otro punto de vista, “la negación es un mecanismo de defensa ante lo desconocido”.

En cuanto a este tipo de comportamientos de la sociedad, “no siempre son en base a la razón, las sociedades se comportan también en base a creencias”, estimó, en conductas basadas en religiones, costumbres y experiencias cercanas.

la negación es un mecanismo de defensa ante lo desconocido

El sociólogo también se refirió a casos de personas antivacunas que luego chocan con la cruda realidad que no querían reconocer.

Fake news como disparadores

“Hace poco salió un estudio de la Universidad de Harvard que indica que se viraliza mucho más rápido una fake new que una noticia verdadera”.

En afán de obtener una primicia o impactados por la información falsa, tanto medios como público contribuyen a la expansión de datos sin corroborar.

La infodemia es la información falsa, no verídica y confusa sobre la pandemia. “Este combo en sociedades como las nuestras que la gente pasa cada vez más tiempo en la virtualidad, redes sociales y con cierto condimento de negacionismo, es una situación preocupante”.

La pospandemia

En cuanto a la realidad que se encontrará en la postpandemia, la clave es la discusión profunda para salir mejores. “La pandemia va a marcar un punto de inflexión en la historia de la humanidad, nada va a ser lo mismo, hay que discutir una nueva normalidad” con más derechos, más democracia, revalorización del rol de lo público, del Estado.

“En los momentos de adversidad nadie se salva solo, esa es la apuesta. De lo contrario la salida va a ser con mayores grados de individualismo y egoísmo, con mayores niveles de concentración de las riquezas, elites cada vez más multimillonarias que mercantilizan la salud versus las grandes mayorías que se van quedando excluidas”.

En los momentos de adversidad nadie se salva solo, esa es la apuesta

El impacto del encierro deja consecuencias. La facultad de Psicología de la UBA observó con preocupación un incremento de suicidios en jóvenes y adolescentes, al igual que niveles de angustia, depresión y anorexia.

“Es el momento de resocializar, capaz que estás 20 horas en las redes pero no te saludás con tu vecino”. La reconstrucción de lazos sociales con vecinos, barrios y sociedades de fomento tendrá el desafío de reactivar la participación ciudadana.

“Se viraliza mucho más rápido una fakenew que una noticia verdadera”, lamentó el sociólogo

Otro punto que destacó Sosa tiene que ver con el acceso a las redes sociales. “Debería democratizarse y discutir. “No pueden estar concentradas en pocas corporaciones. Hoy son cinco que tienen nuestros datos, luego los usan como mercancía y a su vez se utilizan para influir en los comportamientos sociales”, remarcó en cuanto al poder y la influencia que tienen las tecnologías que cada vez son más consumidas.

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