El polémico adiestrador de perros y perito trucho Marcos Herrero continúa tras las rejas, luego de que la Justicia lo procesara por plantar huesos y cartas en la búsqueda de Viviana Luna, la mujer desaparecida en 2016 en Los Potrerillos, Mendoza.

Luego de que el juez Gonzalo Guiñazú aceptara que su prisión preventiva fuera con arresto domiciliario, ahora el Servicio Penitenciario Provincial no dio el visto bueno para la colocación de la tobillera electrónica para monitorearlo y evitar que se fugue.

¿El motivo? No hay buena señal en el lugar donde iba a alojarse, por lo que las condiciones que requirió la Justicia no están dadas.

Por lo pronto, “Herrero: el coleccionista de huesos”, quien también tuvo participación buscando a Marcela López, la vecina de Río Gallegos desaparecida en mayo de 2021, continuará en la cárcel en el marco de la causa por falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento y usurpación de títulos y honores.

Además de estafa, por engañar a los familiares de los desaparecidos.

Para acceder a este beneficio, el rionegrino igual deberá pagar una fianza de $ 150 mil, una cifra que oscila el monto de sus “honorarios” por buscar personas desaparecidas.

En el caso Luna y López, Herrero plantó huesos del mismo cadáver: en Río Gallegos se halló un maxilar y en Mendoza, un cráneo. Pertenecen a un hombre y en el estudio se encontró en ambos ADN del adiestrador.

Marcos Herrero había ofrecido la casa de Matías Luna, hijo de Viviana Luna y víctima de sus estafas, ya que para la Fiscalía el adiestrador canino lo engañó al sacarle $ 150 mil pesos para realizar el rastrillaje donde terminó plantando pruebas. Allí, la tobillera con GPS no funcionó.

Fin de la farsa

Cabe recordar que La Opinión Austral en su publicación del 10 de octubre, reveló el caso del falso perito y su intervención en casos de personas desaparecidas como el de  la vecina de Río Gallegos, Marcela López.

La familia recurrió a su supuesta experiencia para dar con el paradero de la mujer que hasta el día de hoy no ha sido localizada a pesar de los operativos de búsqueda.

Herrero aprovechó la desesperación de quienes confiaron en él y aportó “pruebas” usando a sus perros Yatel y Kasiie que con el tiempo se reveló que eran “plantadas”.

La difusión de la investigación que surgió desde La Opinión Austral, puso en alerta a todo el país a punto tal que la repercusión mediática provocó un escándalo.

La pregunta que perdura: “¿Dónde está Marcela López?”

La Justicia de Mendoza decidió detenerlo y, mientras tanto, las familias siguen esperando una pista para encontrar a quienes como Marcela, desaparecieron sin dejar rastro.

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